jueves, 24 de octubre de 2013

Vocación

En estos meses he estado trabajando con algunos amigos en un área en que toda la vida le huyo, pero siempre me llaman para hacerme cargo de ella:  el DINERO, las FINANZAS.

No me gusta tratar con dinero y menos si no es mio.  Soy buena ahorrando y teniendo un plan de gastos con mi dinero, pero con el de otros no me gusta meter las manos.  No solo por la responsabilidad, sino por el hecho de que te la pasas haciendo cuentas toda la vida, jejejejeje.

Pero el año pasado unos amigos me pidieron que los ayudara a llevar algunas cuentas de algunos proyectos.  Me pareció fácil al principio, pero mientras se iba alargando el tiempo, se me fue haciendo más complicado cada vez y enredado,  más si las personas con las que trabajaba no eran cautas con sus gastos o no recordaban en qué habían gastado su dinero: aaaaaaaaaaahhhh lo odio.

Según la definición de vocación:

La vocación aparece relacionada con los anhelos y con aquello que resulta inspirador para cada sujeto. Se supone que la vocación concuerda con los gustos, los intereses y las aptitudes de la persona. (http://definicion.de/vocacion/)

Y esto no es una realidad en este trabajo.  Cada día que voy a ese trabajo se me hace tan pesado levantarme, pensar en ver facturas, números, gastos, entre otros.  Creo que es parte de la desilusión de saber que no es mi vocación.  Lo contrario eran los días que no voy ahí, porque en esos días me levanto tan bien, fresca, lista para trabajar en lo mio.

Creo que ahí empecé a ver que esa no era mi vocación y que por eso no estudié ni auditoría ni economía.  Veía como los chicos de Auditoria iban frescos a ver las cuentas y trabajar con pasión.

Ni en mi carrera de diversificado ni en mi carrera de la Universidad me había sentido tan decepcionada por no sentir esa pasión y esa facilidad para hacer el trabajo.

Ahora si puedo decir con toda seguridad que la parte económica en macro no es lo mio.  Puedo ser muy productiva con mi dinero, pero con el dinero de otros y más con tanta carga, no es lo mio.

Y en estos momentos me alegro de no tener este conflicto cuando era estudiante.  Si ahora de adulta me causa conflicto, no podría imaginar cómo hubiera sido cuando era adolescente.

Ahora doy gracias a mis papás de no obligarme a estudiar lo que ellos querían y aunque al principio estaban en contra de mi carrera, aún así me apoyaron.

Ahora me pregunto, ¿qué pasa con la gente que no le ve sentido a su profesión y su trabajo diario?  ¿Qué pasa con la vida? ¿ Hacia dónde nos lleva el hecho de ganar dinero o de tener un nombre de prestigio? ¿Hacia nuestra vocación real o a un fastidio para toda la vida?

Por ahora tendré que dejar de ayudar a estos amigos y saber que si me piden hacer algo parecido, ya sabré que NO es la respuesta.  

El día que caí profundo

 Después de una ruptura todo puede pasar.  Desde que te valga madre y seguir la vida, tristear un poquito y ya, sentirte de lo peor y lo que...