Hoy platicando con un amigo sobre las comidas, dietas, el ejercicio y demás, de repente salió el comentario de que una su amiga había bajado 15 libras en una semana. Hablamos sobre los riesgos de bajar tan rápidamente y que era increible lo que había hecho esa dieta. De repente salió el comentario: Si bajo de peso y se puso bonita. Con otra chica nos quedamos viendo y le dije: La belleza no se mide por lo delgado o gordo que uno es. Y como para corregir su error me dijo: Pues se puso más bonita, jajajajaja, creo que se hundió más en su comentario.
Es dificil que muchos tengan este pensamiento. Hace algunos meses en un programa de radio oía a los locutores decir: una chava no es bonita si es gorda, aunque tengan una cara bonita, yo no saldría con ella, si adelgaza si.
Y buenos estos son ejemplos de peso, pero hay muchos más ejemplos que limitan la belleza del ser humano. Que mal estamos, parecemos tener las condiciones perfectas para decir si alguien es bonito o feo.
Cuan limitado hace este mundo nuestra mente y criterio. Y se que mi amigo no lo dijo con intesiones de hacernos sentir mal, sino que su mente ya tiene un prototipo de persona linda, y bueno toda publicidad, comentarios y publicaciones que afectan nuestra forma de pensar y lo que nuestra mente retienen hoy.
Pero recordemos que Dios hizo perfecta a su creación.
Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.
Dios nos hizo perfectos, bellos y sin necesidad de estereotipos. No hizo distinción entre un ser humano y otro, no dijo: este es feo, este es bonito, este es feo, este bonito, este medio feo, este bien parecido. No, el hizo a todos perfectos.
El hecho de definir que lo bello o lo feo solo fomenta un tipo de discriminación en nuestra sociedad y hace que muchos se sientan mal consigo mismos y su autoestima sea baja.
Somos llamados a apoyarnos, amarnos, conocernos y tratarnos por igual, y esto solo hace que nos llevemos mal y tengamos resentimientos unos con otros.
Cada uno tenemos que reflexionar en lo que creemos que es belleza y aceptar las características de otras personas y la mías también. Y recordar que la Creación que Dios hizo es perfecta, sin estereotipos, ni límites.
